Charla sobre formatos de telerrealidad

“La idea es que el casting sea variado para que represente a la sociedad”

Los programas de telerrealidad llenan parte de la parrilla televisiva de cualquier cadena de televisión. Y eso es porque la audiencia siente una gran atracción por conocer historias de personas anónimas relatadas a través de una cámara y que son puestos a prueba en diversas situaciones. Pero también resulta muy atractivo conocer los entresijos de estos programas, cómo se producen, se graban y cómo se realizan los castings. Gran Hermano y La isla de las tentaciones son dos ejemplos de estos programas que han tenido un gran éxito entre la audiencia española y sus responsables visitaron a los alumnos del Grado en Comunicación Audiovisual para contarles los secretos detrás de las cámaras.

Esta actividad está enmarcada dentro de la asignatura ‘Guion en géneros de no ficción (Guion III)’ que imparte el profesor Diego de la Viuda.

Gran Hermano

Pepa Álvaro, directora de casting en Zeppelin TV, -la productora de Gran Hermano– insistió en la revolución que supuso este programa en España. Desde esa primera edición, Pepa Álvaro explicó que “Gran Hermano se ha ido reinventando y renovando para sorprender a los concursantes y que sus reacciones sean reales y para sorprender también a la audiencia”.

En cada país, la producción de Gran Hermano. En España, según contó Álvaro, se realiza con hasta 70 cámaras y unas 250 personas. Los equipos se dividen según el programa de la semana en el que se va a emitir el contenido de la casa. Se trata, por tanto, de un formato muy caro, por lo que “las cadenas necesitan que tenga audiencias muy altas para mantenerlo”.

Pepa Álvaro explicó que el casting es fundamental para el futuro contenido del programa. “Es necesario que sea muy variado, con personas de distintos orígenes para que se creen las tramas diversas”. También se aseguran de que las personas seleccionadas “estén sanas a nivel físico y mental, por su bien”.

Además, “vamos muy ligados a las conversaciones que se crean en torno al programa en las redes sociales, porque ahí vemos lo que interesa a la audiencia”. De esta manera, un programa en directo puede llegar a tener vario guiones y escaletas porque va variando según lo que ocurre en la casa o lo que la audiencia demanda ver.

La isla de las tentaciones

Ha supuesto la última revelación en este tipo de formatos en la televisión española. La isla de las tentaciones lleva ya dos ediciones siendo líder de audiencia. Avelino Alfaro y Ángel Ludeña, subdirectores del programa, otorgan este éxito a la variedad de personas que han formado el casting y que han conseguido que la audiencia se identifique con alguno de los perfiles.

La importancia de este casting radica en que “no hay parejas falsas porque las buscamos nosotros, no contactan ellos, por lo que evitamos que sean personas que solo buscan hacer televisión”. Los castings tienen muchas capas y etapas para filtrar a este tipo de personas y el equipo encargado ya tiene muchas claves para poder detectar a los perfiles más interesantes y separarlos de los falsos. “La idea es que el casting sea variado para que represente, de manera general, a la sociedad”.

La grabación de los contenidos también es fundamental para la buena factura del programa. Según explicaron ambos subdirectores, La isla de las tentaciones tiene una grabación de muy buena calidad, “pero hace faltan que pasen cosas, que haya trama y contenido, si no, por mucha edición que pongas, no hay nada”. Para ello, el equipo de redactores en la isla debe estar muy atento a todo lo que las cámaras registran para saber dónde se están creando historias y saber contarlas con imágenes: “La edición va contando una historia, cada capítulo tiene que terminar en alto”.

Los subdirectores explicaron que es necesario tener una gran capacidad empática con los concursantes, sin juzgarles, para que estos confíen en ellos y se abran para hablar de sus sentimientos. “Somos como psicólogos, con mucha paciencia, pero también frialdad para saber estar en tu sitio y no intervenir, porque no eres parte del reality”.

La selección de material es también un momento complicado porque hay mucho, “hay que ponerse en el papel del espectador, qué querría ver, y contar desde ahí. Mejor quedarse corto que alargarlo demasiado y ser muy pesado”.

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