Emanuele Cappelli apuesta por un diseño dinámico, coherente y cargado de identidad y valores

En el aula más recóndita de la Politécnica Nebrija no cabe nadie más. La expectación por escuchar a Emanuele Cappelli, fundador y director creativo del prestigioso estudio Cappelli Identity Design, se traduce en inquietud por conocer su método Dynamic Brand, una idea de diseño basada en la identidad “que sólo puede existir con la diversidad, el dinamismo, la coherencia y los valores”.

La presentación académica corre a cargo de Fernando Moral, director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Nebrija, y la inquietud la ponen los estudiantes. Cappelli, acompañado de Paola Galdi, responsable de Educación y Desarrollo del Estudio, les aconseja que sitúen a las personas en el centro de la comunicación corporativa cuando ejerzan de profesionales de tomo y lomo. Pero antes de abordar la materia, para conectarse con los anhelos de los estudiantes, les habla de su infancia y sus huellas.

“Nací en las afueras de Roma. Cuando era niño tenía tres sueños: quería ser cantante, pero a los quince años me aconsejaron no seguir por ahí; quería ser futbolista, pero con dieciocho años me descalificaron por dos años, y quería ser artista porque no sabía que existía lo de ser diseñador. Los dos primeros sueños cayeron y el tercero no era para mí”, rememora.

Sueños y mil preguntas al acecho

Es diseñador por descarte y por su propia decisión. “Todos tenemos vidas parecidas con nuestros sueños y mil preguntas que nos acechan”, relata. Se licencia en Diseño Industrial por la Facultad de Arquitectura de la Universidad La Sapienza de Roma y compagina trabajos con sus estudios. A los 28 años recibe una llamada para ser director creativo de una edición de la Bienal de Venecia. En ese espacio diseña dos puertas de luces para dar la bienvenida a los visitantes: “Cuando entrabas eras parte de una luz, era un símbolo de renacer personal, como decía Neruda: Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera; entrabas en el recinto y veías que la primavera estaba dentro de nosotros”.

Además de puertas de luz, busca otras metáforas para ir llegando al método que divulga por todo el mundo: “La identidad es una ventana en blanco y negro que se abre a los colores del mundo. Si vemos más cosas, podremos elegir, considerar algo que no conocemos como algo que está cerca de nosotros”.

“Un viaje sin fin”

Emanuele Cappelli, “Manuel Sombreros” como él mismo se traduce con un toque de humor, hace hincapié en los valores a través de su metodología Dynamic Brand, “escrita con historias de vida, diseño, de espacio y de tiempo”. El enfoque del estudio Cappelli Identity Design tiene que ver con “un viaje sin fin, unos sistemas de identidad dinámicos”. A través de sus sedes en Roma, Turín y Milán, intenta situar el sistema de identidad en el centro de la estrategia empresarial. “La reputación de la marca se construye con los valores no con efectos especiales ni con superproducto. La arquitectura de la comunicación ha de virar a la coherencia. Las cosas cambian, se adaptan y la comunicación ha de ser dinámica y vivir en el presente”.

Ante la atenta mirada de los jóvenes, Cappelli les espeta: “Todos somos extraordinariamente únicos; buscamos algo que no conocemos a través de la diversidad”. Es uno de los mantras de su método Dynamic Brand, reflejado en un superventas que termina con una frase lapidaria: “Si mueres feliz, vives por siempre”.

Emanuele Cappelli termina su exposición -luego habrá terceros tiempos- con la explicación de motivos de algunos de sus trabajos como el Pabellón italiano en el Festival de Cannes, con vicios y virtudes inspirados en La Divina comedia-; R-itratto Rosso. Elisabetta Catalano guarda Federico Fellini, exposición que conmemoró el centenario del nacimiento del cineasta; la campaña para la empresa tecnológica WAY, donde “la unidad en el centro del lenguaje visual es el vector”; y la nueva identidad de marca para Psicodizione, una cooperativa social dedicada a superar la tartamudez.

Texto: Javier Picos. Fotos: Zaida del Río.

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