Todo el rencor del mundo. ¡Cáspita, menudo título han puesto las mentes pensantes del Grado en Bellas Artes a la exposición de los alumnos de cuarto, al punto y final de su formación académica y al inicio de su flamante carrera profesional! Que no cunda el pánico, Luis Gárciga, guía de los artistas y comisario de la muestra que se puede ver hasta el 14 de julio en Galería Nueva (calle Doctor Fourquet 10), nos serena en el próximo párrafo.
“Desde el estado de ánimo del rencor, el arte queda encauzado a un resultado de belleza. Los artistas tratan de poner en común puntos de vista desde la belleza. Ha sido complejo crear ese paraguas común, esa síntesis de todas las obras, pero al final los estudiantes han logrado un espacio de enorme riqueza”.
Respiramos tranquilos, la belleza está detrás… el rencor nos había dejado mal cuerpo. La frescura, la crítica social y el riesgo están presentes en cada escultura, vídeo, instalación, fotografía, cuadro o proyección. Cuán larga es la lista de temáticas, también de materiales y propuestas: tela, acrílicos, madera, videomapping, arcilla, papel, escayola, cartón o fotografía.
Arte emergente, en nueve nuevos artistas
En la inauguración, sesenta personas, entre artistas, profesores, familiares y demás personas curiosas con apego a apoyar el arte emergente, se plantean preguntan ante las obras que descansan en dos plantas: una con una iluminación impecable y otra en penumbra. Ambos espacios generan una ideal comunión con el público.
“Todo el rencor del mundo, como frase, es una mentira a medias que combina una dimensión absolutamente inabarcable para un solo cuerpo con una emoción muy individual y visceral. Como exposición, Todo el rencor del mundo pretende ser generadora de ilusión y energía extra para seguir críticos y proactivos, más sensibles, más sentidos. El título deambula ansioso, hecho de carne y vida en las redes sociales, con sonido de robot aspirador que limpia a nivel de los tobillos, las calles del pasado y del futuro”.
Estas palabras de la nota de sala pertenecen también a Luis Gárciga. Belleza, ilusión, rebelión… vamos por buen camino.
Crítica a lo establecido
Andrea Abril, con su Glowing up, critica “a los estereotipos de belleza impuestos por ciertos sectores de la sociedad”. Laura Gallego, con Piel relevada, le va a la zaga: “Busco cuestionar las percepciones de autenticidad y la presión social sobre la imagen femenina en la cultura actual”. El All you can choose, de Lucía Parser, sigue esta línea de zarandeo: “Cuando debemos ser felices y agradecidos, estamos delante de un espejo deseando ser otra persona. ¿Y si pudiésemos elegir cómo somos? Qué aburrido”.
Marina Delgado-Ureña se inspira en la obra de teatro Eurydice, de Sarah Ruhl, para componer un libro desplegable en el que transmitir “emociones, conflictos y vivencias” de los personajes. Con una mezcla de materiales en los que no falta la cuerda ni la tela vaquera, Miguel Ruiz Calatayud muestra en Kept off “una interacción entre el arte del retrato, la moda y la cultura contemporánea” bajo la influencia del diseñador de moda Virgil Abloh.
“Cajas abandonadas en el sótano de la memoria”
El césped, el papel reciclado, las fotografías, el metacrilato y la madera se unen para componer el proyecto Desarchivo de Alejandra Fernández Allende. En un concepto con visos de continuidad, Alejandra llama la atención sobre un complejo residencial abandonado de Perlora (Asturias). “Cada viaje que he emprendido hacia allí es como rebuscar en unas cajas que han sido abandonadas en el sótano de la memoria para recuperar sus narrativas”.
En las catacumbas de la Galería Nueva aparecen tres obras: Emocanvas, de Ibone Ipiña; 19:00 p.m, de África Puente; y Entre copas y latas de acedías, de Alicia Aragón. Mientras la primera surge de una catarsis sobre un videojuego y la segunda vive en un lugar “donde el tiempo se detiene y se despliega una historia marcada por la violencia silente”, la tercera versa sobre la familia y sus implicaciones de pertenencia representadas con ilustraciones animadas proyectadas sobre platos de cerámica.
“Árboles preparados para dar sus frutos”
Lorena Palomino, coordinadora de la muestra y directora del Grado en Bellas Artes, se siente orgullosa de sus pupilos y en sus palabras de inauguración de la muestra lo expresa con algo de añoranza: “No he podido evitar acordarme de El invernadero… habéis germinado con el riego, el abono y la luz del sol de vuestra formación. De semillas habéis pasado a árboles preparados para dar sus frutos”.
Tras la metáfora, Lorena Palomino califica Todo el rencor del mundo como un ejercicio de madurez, creatividad y crítica. “Este último valor lo debéis de cultivar como artistas”, les aconseja.
El timonel, Luis Gárciga, también elogia el arte emergente de los jóvenes y su capacidad para comprimir en un metro y medio el esfuerzo de cuatro años. Pablo Álvarez de Toledo, director del Departamento de Artes de la Universidad Nebrija, los anima a disfrutar del momento, a socializar, a establecer contactos y a “desvariar”, porque “el arte es movimiento y vosotros ya estáis en ese movimiento”.
Texto: Javier Picos. Fotos: Pablo Martínez Dorado.