Hay infinidad de formas de liderar en el ámbito empresarial y personal. Sin embargo, para Alfred Sonnenfeld “el liderazgo auténtico solo es posible desde la coherencia interior y que el líder dé ejemplo”. Con esta premisa, el autor, miembro experto de la Comisión Ética de la prestigiosa Clínica Universitaria Charité de Berlín y profesor en la Facultad de Medicina de la Universidad Humboldt, presentó en la Politécnica Nebrija su nuevo libro: “Liderazgo ético, cómo influir con el ejemplo”.
El encuentro estuvo moderado por la doctora Pilar García Lombardía, de la Cátedra Mujer y Liderazgo de IESE Business School, y Juan Viguri, coordinador y profesor del área de Empresa de Nebrija. “Es un libro con el que uno dialoga y que, en mi caso, me ha hecho plantearme preguntas incómodas sobre mí misma”, afirmaba la catedrática en la introducción de la obra.
Y es que durante la ponencia surgieron muchas cuestiones en busca del liderazgo perfecto, pero también de la felicidad. Para Alfred Sonnenfeld, esta última no es “necesariamente un estado”, sino un camino al que se llega “superando las incoherencias cerebrales”. En este camino, el autor advierte que nuestro cerebro quiere gastar la menor energía posible, pero desde que nos levantamos a diario nos enfrentamos a una batalla contra el despertador, contra la almohada o contra los atascos, entre otros. “Si no te sabes adecuar a la vida, serás una persona infeliz”, advirtió el autor.
Autoridad en su concepción latina
Dentro de la propia definición de liderazgo, emerge otro concepto: el de la autoridad. Una cualidad que debe poseer un líder y que va más encaminada, según el autor, a la etimología latina de la palabra “autoridad”. Esta deriva del verbo “augere”, cuyo significado es el de “hacer crecer” o “aumentar”. “El buen líder es el que contagia su autoridad, el que sabe invitar, animar, inspirar y entusiasmar”, aseguró el docente de la Universidad Humboldt.
A su vez, hay otro elemento imprescindible para un buen líder y es el pensamiento crítico hacia los demás y hacia sí mismo. En este sentido, el autor invitó a los asistentes a “hacer una diferencia entre conocer y pensar”, ya que “podemos tener dentro de nuestro cerebro una biblioteca, pero si no ponemos nuestros pensamientos en tela de juicio, será imposible avanzar y, mucho menos, liderar a otros de forma efectiva”.
Por último, el profesor quiso detenerse en la dimensión más íntima del liderazgo: la del autoconocimiento. “Quién eres tú, qué es lo que te motiva, cuál es el sentido de tu vida. Son preguntas muy interesantes que cada uno debería hacerse”, planteó ante el auditorio. Para sostener esta idea, recurrió a una referencia literaria que atraviesa su obra y su propia visión ética: Los hermanos Karamázov, de Fiódor Dostoyevski. “Para que te vaya bien, no te engañes a ti mismo”, citó, subrayando que el primer compromiso del líder no es con los demás, sino con su verdad interior.
Busca lo que realmente va contigo
En esa línea, advirtió sobre la fragilidad de la autojustificación y el daño silencioso de la mentira cotidiana. “El que no mete los dedos en el engranaje de la mentira le va mejor. Esto es la vida”, señaló, en alusión a la facilidad con la que podemos construir relatos para no enfrentarnos a lo que somos o a lo que realmente queremos. Frente a ello, defendió la necesidad de actuar con coherencia: “Busca lo que realmente va contigo”.
El cierre del encuentro llegó con un mensaje directo a quienes aspiran a liderar equipos, proyectos o su propia trayectoria vital. Sonnenfeld insistió en que la pasión no es un lujo, sino un indicador de autenticidad. “Cuando una persona actúa con pasión, por supuesto que trabaja más horas, pero vivirá mejor y disfrutará mucho más de la vida”.