Las mujeres reclaman más referentes femeninos en las vocaciones profesionales

Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, la Universidad Nebrija reunió a mujeres destacadas en diferentes ámbitos profesionales en tres mesas redondas. Entre los avances y los retos que plantea el ya avanzado siglo XXI, todas solicitaron una mayor presencia femenina en los actos públicos para que las jóvenes puedan tener referentes en sus áreas de estudio. Además, subrayaron la brecha existente entre el número de universitarias y la escasez de mujeres en puestos de toma de decisiones. Los denominados “sesgos de género”, que muchas veces permanecen ocultos pero que determinan que una mujer renuncie a un puesto de trabajo, la corresponsabilidad y la formación congregaron el interés de los debates.

Ester Mocholí, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nebrija, estableció el rumbo del coloquio, organizado por  la profesora Jessica Bayón e integrado en las Jornadas mujeres para quitarse el sombrero –promovidas por Rocío Santamaría, responsable del Centro de Escritura Nebrija-: “Es importante poner en común nuestra experiencia y nuestro pasado para que las jóvenes de hoy aporten su granito de arena. Nos queda mucho camino por recorrer porque, en muchas ocasiones, tenemos que demostrar dos veces más que los hombres”.

La primera mesa redonda, moderada por Jessica Bayón, integró las voces de Verónica Isabel Guillén, comandante de la Guardia Civil; Patricia García Pablos, inspectora de Trabajo y Seguridad Social en la Inspección Provincial de Trabajo de Madrid; y Adela Martín, directora de Área Banca Privada del Banco Santander.

La mitad del talento

La presencia femenina en la Guardia Civil se circunscribe al 7,1% del total de agentes. Ese porcentaje se reduce al 3,5% de los oficiales y al 2,85% de los suboficiales. Con estos datos, Guillén evidenció la “poca presencia femenina” en la Benemérita: “No podemos perder la mitad de nuestro talento, porque esto merma nuestra misión”. Con el objetivo de dar la vuelta a esta realidad, la comandante enumeró algunos documentos internos como la Guía de conciliación, que ha llegado a la undécima edición, la Guía de uso no sexista del lenguaje (2017), el Protocolo de acoso laboral / acoso sexual / por razón de sexo y el Plan de igualdad. “Tenemos que ser referentes y dejarnos ver. La igualdad y la sensibilización no vienen por arte de magia, sino por la formación”, dijo.

Patricia García Pablos relacionó el éxito con el equilibrio de las esferas personal, familiar y profesional. Se mostró una persona “exitosa” porque le gusta su trabajo y además puede pasar mucho tiempo con su familia. Educar en feminismo, que la familia trabaje en equipo y predicar con el ejemplo de la corresponsabilidad son tres de los mensajes que sacó a colación. De igual manera, García Pablos señaló que hay que erradicar el sentimiento de culpabilidad que surge en la mujer cuando no puede disponer de tiempo para todo. “Os voy a pedir – aconsejó a las estudiantes- pensar de forma independiente, expresar vuestras ideas sin miedo a las represalias, respetar vuestra identidad y potenciarla, tener a vuestro alrededor mujeres que os inspiren, ser valientes, tomar decisiones difíciles para crecer y huir de la rutina, y dejar huella cuando os pongáis a trabajar”.

En este sentido, Adela Martín, la tercera componente del debate, instó a las jóvenes a no ponerse límites y a recorrer el espacio que hay entre sus estudios y los puestos de responsabilidad. “De esta manera –añadió- puede que estos actos que hoy organizamos incluso no sean necesarios cuando tengáis mi edad”.

María Eizaguirre, editora de Televisión Española; Nuria Pizarro, directiva de Telefónica; y Amanda Cohen, magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Madrid protagonizaron la segunda mesa redonda de la jornada Nebrija sobre la mujer, moderada por la profesora Paula Rodas.

A pesar de reconocer que la televisión pública es un modelo que proyecta igualdad de oportunidades, Eizaguirre pidió una mirada “más amplia y transversal” sobre las informaciones de género, muchas veces limitadas a los casos de violencia. “Los medios de comunicación desempeñan un papel importante en la visibilidad, aunque también reproducen sesgos inconscientes como, por ejemplo, mostrar en el día de la madre un modelo único de mujer”, afirmó. Como sus compañeras de coloquio, Eizaguirre puso el acento en la diferencia entre el número de mujeres que estudian Periodismo y las que ejercen puestos directivos en los medios de comunicación porque “el mundo necesita el periodismo y el periodismo necesita a las mujeres”.

Equipos diversos

Mientras Pizarro aludió a la “riqueza” de los equipos diversos, compuestos por mujeres y hombres, en las empresas tecnológicas, que hacen “más justos” los algoritmos y la programación, Cohen admitió no haberse enfrentado a ningún “obstáculo” por el hecho de ser mujer en sus dos oposiciones en la carrera judicial. El único “debe”, para la magistrada, tiene que ver con la conciliación familiar, algo que, en su caso, resulta complicado al trabajar en Madrid y los fines de semana viajar a Málaga para estar con los suyos.

María Gil, directora de Comunicación de la Universidad Nebrija, moderó la tercera mesa redonda de mujeres profesionales, compuesta por la científica del CSIC Marta Nieto y la periodista Gloria Lomana, autora de El fin del miedo. Voces en el año del feminismo y presidenta de 50&50 Gender Leadership Advisory.

Lomana defendió trabajar el liderazgo con jóvenes para concebir un mundo “de igualdad total”. Lamentándose por padecer en su trayectoria “sesgos conscientes e inconscientes” de hombres que “intentaban protegerme”, la periodista solicitó a las jóvenes “no autolimitarse” y tener confianza en ellas mismas a la hora de elegir un futuro, “en el que debéis ocupar vuestro espacio en un consejo de dirección y no recluiros en una esquina de la mesa”. En la búsqueda de referentes femeninos, Lomana, que estuvo trece años al frente de los informativos de Antena 3, apuntó también a las figuras de las madres y las abuelas. Además, instó a las mujeres a superar el “empeño en gustar que desde niñas nos inculcan”.

Efecto tijera

Por su parte, Marta Nieto opinó que, a pesar de los planes de igualdad, se impone el “efecto tijera”, que significa menos presencia femenina a medida que se escala en los puestos de responsabilidad científica. Para ilustrar las barreras que existen en igualdad, incluso soterradas, la científica del CSIC puso como ejemplo a su hija, que, cuando tenía doce años y era la que mejores notas sacaba de su clase, se refirió a un compañero como “un niño muy inteligente”. Marta, en ese momento le preguntó: “¿Y tú qué eres?”. Ella respondió: “Yo… yo soy muy trabajadora”.

Por otro lado, el Instituto de Competencias de la Universidad Nebrija, después de invitar a la comunidad universitaria a lanzar sombreros en homenaje a las mujeres invisibles, otorgó los premios a los carteles y a los microrrelatos referidos a las Jornadas Mujeres para quitarse el sombrero. Mientras en la primera categoría ganó Carlos Rivera con un afiche sobre la pintora Maruja Mallo, Irene Ferrero se alzó con galardón el mejor microrrelato con el tuit: “La abuela, de niña, estudiaba muy bien. Soñaba con ser maestra. No pudo ser. Obligada a ayudar en la casa, lavar y coser. Era mujer. Cuando se hizo mayor, en su niña cumplió sus sueños de ayer. Ahora su hija siembra igualdad desde la niñez”.

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