El inspector jefe de la Policía Nacional y jefe de la Sección de la Unión Europea del área de Coordinación Internacional, Eduardo Borobio León, impartió una charla a los alumnos del Máster en Seguridad y Defensa en la que puso en contexto las amenazas globales a las que hacen frente las fuerzas del orden de todos los países colaborando estrechamente para ampliar su eficacia.
Borobio destacó entre las principales amenazas internacionales el terrorismo, la inmigración irregular, que calificó como “el gran fracaso de la política de la Unión Europea que desde la crisis migratoria de 2015 aún no ha conseguido hacer una política común para ponerle freno”. Borobio explicó que, aunque ha habido soluciones intermedias, no son suficientes para los países que son la puerta a Europa de la inmigración irregular y de las mafias, como es el caso de España.
La delincuencia organizada también supone un problema para toda la sociedad ya que es muy “cambiante en todas sus vertientes”: tráfico de drogas, tráfico sexual y de personas, los delitos asociados y el impacto social y económico que generan.
Otro ámbito en el que la delincuencia está creciendo es en temas de ciberseguridad como ”fugas de información, secuestro de datos o suplantación de identidad”, explicó Borobio.
El inspector jefe también destacó el “ambiente de polarización de la sociedad en la que vivimos que lleva a disturbios en las calles, asaltos a las instituciones…”
La respuesta a estas amenazas globales es siempre la cooperación entre las fuerzas de seguridad de los distintos países afectados. Desde la División de Cooperación Internacional de la Policía se encargan de mantener las distintas relaciones necesarias para que las acciones conjuntas se lleven a cabo con éxito.
Borobio explicó que existe una cooperación bilateral con la Unión Europea, pero también con los países de origen de los inmigrantes, “como por ejemplo los países del norte de África”. También hay una estrecha colaboración con comisarías europeas en patrullas conjuntas con Francia, Portugal, Italia y Alemania.
Desde esta división también trabajan con la Interpol y la Europol para “intercambiar datos y cooperación judicial”.
“Para hacer frente a estos retos es imprescindible mantener los canales de cooperación internacional abiertos, para ser efectivos y proteger a la sociedad”, concluyó Borobio.
