Orfeo infantil

La fábula de Orfeo, en versión infantil

La figura de Orfeo protagoniza este año la programación del Teatro Real. La versión de Phillipe Glass inauguró la temporada en los Teatros del Canal, se acaba de estrenar una adaptación coreográfica de Sasha Waltz del L’Orfeo de Monteverdi y en verano cerrará el ciclo la representación del clásico Orfeo y Euridice de Gluck. Dentro de las actividades paralelas que establece el Teatro Real alrededor de la figura de L’Orfeo, la Universidad Nebrija ha organizado un taller infantil, destinado a menores de cinco a ocho años, basado en la historia del L’Orfeo de Monteverdi y titulado Sobre dioses, niños y otros seres mitológicos.

Claudio Monteverdi estrenó L’Orfeo en el Palacio Ducal de Mantua al comienzo del carnaval, el 24 de febrero de 1607. Esta fecha se ha establecido como la del nacimiento de la ópera, puesto que fue el compositor de Cremona, con su favola in musica quien estableció para siempre las pautas del nuevo género con un revolucionario tratamiento dramático y musical.

Organizado por Montserrat Magro, directora del Grado de Educación Infantil y del Grado de Educación Primaria, el taller sobre la figura de L’Orfeo estuvo dividido en cuatro partes. “Una literaria, otra psicológica, una tercera basada en la tecnología y el fin de fiesta con un taller de manualidades”, explicó Magro.

Gracias a la ópera de L’Orfeo de Claudio Monteverdi, los 16 niños y niñas que participaron en el taller pudieron sumergirse en el universo de la música y la magia de las constelaciones.

El taller comenzó con una representación de la obra protagonizada por las alumnas de tercero del Grado de Primaria. “Se trata de que los participantes aprendan a relacionarse con los términos literarios y con los personajes que, para ellos, a priori podrían resultar complicados”, explicó Magro.

Así, el pequeño público del salón de actos de la Universidad disfrutó de una adaptación del libreto basado en La metamorfosis de Ovido. Las actrices/alumnas interpretaron ese poema musical de Monteverdi que relata la historia de amor de Orfeo y Eurídice. Tras la muerte de su amada, Orfeo desciende a los infiernos para rescatarla. Allí, gracias a la intercesión de su esposa, Proserpina, Plutón decide dejarla libre, con una sola condición: que bajo ningún concepto le mire el rostro hasta que no hayan salido de sus dominios. Orfeo no puede evitar caer en la tentación, antes de tiempo le retira el velo que la cubre y los espíritus del infierno se alejan para siempre con ella. Apolo lo ve tan desesperado que desciende del cielo para llevárselo en una nube.

Al finalizar la representación, las alumnas de primero de psicología trabajaron las emociones de los renacuajos a través de los personajes y la música creados por Monteverdi. Lo tenían fácil, puesto que el padre de la ópera compuso una partitura cuidadosamente elaborada, con ella alcanzó una excelencia tal que a lo largo de la historia de la ópera resultará muy difícil que se vuelva a conseguir. Para Monteverdi la expresión de los sentimientos era un reto absolutamente prioritario. Su gran mérito fue el de adaptar la orquesta al contenido expresivo y dramático de sus melodramas. Para Monteverdi el sonido era el alma, al contrario de lo que para otros era materia. Logró una sutil alianza entre la palabra y la música, entre la nota y el afecto.

Los niños, tras verbalizar y relacionar los sentimientos que les provocaron los personajes a los colores gracias al juego del paracaídas, disfrutaron de la música de Monteverdi expresando de nuevo con su baile las sensaciones que les trasmitían las piezas del L’Orfeo. Terminaron la prueba dibujando sus emoticonos favoritos. Casi todos coincidieron en tirar de la alegría, Ginés, Lucía, Nora… Algunos, como Cosme, además de la alegría perfilaron también la tristeza y a otros les dio tiempo a dibujar perfectamente los emoticonos de la alegría, la tristeza y el desconcierto.

En la tercera parte del taller, la tecnológica, las alumnas de segundo del grado de Infantil comenzaron su actividad con juegos interactivos a los que los participantes, nativos digitales, se mostraron muy interesados y participativos. Juntos aprendieron qué son las constelaciones y entendieron que la historia de amor de Orfeo y Eurídice, aunque no lo parezca, tuvo un final feliz, ambos se convirtieron en estrellas y constelaciones del firmamento.

El taller tuvo como colofón un fin de fiesta con divertidas manualidades.

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