perfomance

El cuerpo como herramienta de expresión

Los alumnos de los grados de Artes Escénicas y Bellas Artes de la Universidad Nebrija han creado una perfomance colectiva dividida en pequeñas representaciones individuales que estrenaron en el salón de actos del campus de la Berzosa. Se trata de un trabajo que se incluye dentro del Proyecto de Innovación Docente Cartografías, del grupo de investigación Estudios Transversales en Creación Contemporánea (ETCC).

“Lo que vais a ver a continuación es una perfomance cartográfica. Sabéis lo difícil que resulta reflejar el mapa del mundo en un plano, muchas veces las mediciones nos confunden y no se ajustan a la realidad. Pues imaginaos eso llevado al territorio de la existencia. Cada ser humano tenemos un mapa de nuestra realidad y ninguna es igual. Lo que ahora os van a presentar los artistas es una perfomance cartográfica que revela cuáles son los hitos importantes de su vida personal, aquellos que les han convertido en lo que son. Lo harán utilizando un lenguaje que les apasiona, el de las artes escénicas”. Tras las palabras de bienvenida de Tania Ugena, profesora de Desarrollo de Competencias Profesionales III, subió un hipotético telón y comenzó la representación.

Durante una hora, entre las paredes del paraninfo se entrelazaron los versos de Mercedes Sosa y su Yo vengo a ofrecer mi corazón, con temas como This is a life interpretado por Son Lux, Mitski y David Byrne, los Delirios de grandeza de Rosalía o Para Elisa de Beethoven, con los lienzos vivos de los artistas. Ellos emplearon el cuerpo como herramienta de expresión para exteriorizar, a través de sus movimientos, su ideología, su indignación, sus deseos, sus lamentos, incluso, sus traumas más ocultos.

Por el salón de actos campó libremente la pena de los desaparecidos, aquellos que se llevaron sin dar explicaciones; los soldados de una guerra contra la injusticia; el machismo y la violencia de género, los traumas de una infancia rota, la tiranía de la imagen y, por qué no, el miedo a la ausencia de juventud.

Herederos del dadaísmo que comenzó a romper códigos artísticos y culturales a principios del siglo XX, el elenco de futuros artistas (por qué no decir ya presentes) ha indagado con su trabajo en los orígenes de la performance. Juntos se han trasladado aquel Berlín de la década de los años 20 donde se produjo la Primera Feria Internacional del Dadá, en la galería de Otto Burchardt. Allí se expusieron más de 200 obras cuyos temas iban variando de la crítica política y social, pasando por lo obsceno y el antimilitarismo. Ellos se convirtieron en los antecedentes del arte de la performance. Influyeron en pioneros performers como John Cage. Inolvidable su interpretación de Obra 4’33 en 1942. Fueron cuatro minutos 33 segundos de silencio. Una pieza creada por el compositor norteamericano para cualquier instrumento o combinación de instrumentos y para cualquier duración. Cage siempre defendió la trascendencia del espacio donde se interpreta la música y la importancia de saber escuchar los sonidos del silencio; de manera que todos, entrelazados, forman una amalgama que hace que las piezas jamás sean las mismas.

En el mismo sentido que el de Cage, las perfomances que abrazaron el salón de actos de Berzosa también fueron únicas. Más clásicas, eso sí, herederas de las tendencias contemporáneas. Entre los performers actuales, que sin duda habrán influido en las creaciones del alumnado, surge el nombre de la imprescindible Marina Abramovic, la más influyente y reconocida performers de finales del siglo XX. Ella, que se autocalifica como “madrina del arte de la perfomance”, lleva más de 30 años en activo ofreciendo al público obras que exploran el intercambio emocional con público. Sus perfomances buscan esa energía que se crea cuando la obra entra en interacción con el espectador. En Madrid, en el Teatro Real, Abramovic estrenó Vida y muerte de Marina Abramovic, dirigida por Robert Wilson y con música de Antony y William Basinski. El arte de la performance es efímero, pero los curiosos pueden saborear el documental del making off que alberga Netflix en su catálogo.

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