La arquitectura fue la gran protagonista del encuentro celebrado en Nebrija para conmemorar el 50 aniversario de los premios otorgados por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM). Con un salón de actos repleto, el departamento de Arquitectura de la Universidad congregó a estudiantes, docentes y a algunos de los ganadores de los prestigiosos galardones para intercambiar conocimientos sobre el poder transformador de la arquitectura. Asimismo, el Campus de Madrid-Princesa acogerá hasta el próximo 19 de octubre una exposición en la que están representados algunos de los proyectos arquitectónicos ganadores desde 1972.
Precisamente en dos de estas iniciativas se sumergieron Ginés Garrido, del estudio “Burgos & Garrido” y ganador del Premio COAM 50 años por el proyecto Madrid Río, y Enrique Arenas, del estudio “Arenas Basabe Palacios” y ganador del galardón Luis Moreno Mansilla con el diseño del barrio Wildergarten de Viena.
Un pequeño jardín en la capital de Austria
“Se habla mucho de crear ciudades sostenibles, pero para conseguirlo y que perduren, hace falta tiempo y la participación exitosa de mucha gente”. Con esta lección empezó su ponencia el arquitecto Enrique Arenas. Su proyecto, aún en construcción en los suburbios de la capital de Austria, se basa en un concepto colaborativo de urbanismo peatonal cuyo objetivo es el de “conseguir una ciudad más democrática y en la que todos sus integrantes sean partícipes de ella”.
Para ello, han cubierto once hectáreas del barrio Wildergarten de Viena con jardines privados a los que les rodean todo tipo de viviendas, desde pequeños apartamentos hasta hogares unifamilares “de manera que cada usuario pueda encontrar un espacio que se ajuste a donde quiere vivir”. Precisamente las zonas verdes son las protagonistas ya que las construcciones se han erigido a partir de ellas formando un conjunto urbanístico homogéneo en el que predomina la naturaleza por encima del acero y del cemento.
Una franja verde en el centro de Madrid
Acto seguido, subió al escenario el arquitecto Ginés Garrido, una de las mentes detrás de una de las mayores transformaciones urbanísticas de la capital de España en los últimos años: Madrid Río. Originado en 2005, el proyecto arquitectónico creado por cuatro estudios de arquitectura ha mejorado la vida de muchos madrileños con la socavación de parte de la M-30 y la creación de un espacio repleto de zonas verdes en torno al río Manzanares. Actualmente sigue en construcción tras la demolición del emblemático estadio Vicente Calderón.
“Veíamos que espacios como la Casa de Campo o el Pardo formaban parte de la cultura de Madrid y nuestro objetivo era construir algo parecido, pero dentro del interior de la ciudad”, afirmó el arquitecto del estudio “Burgos & Garrido”. Eso sí, reconoció que cuando pusieron los primeros ladrillos hace doce años era una “operación algo inocente y visionaria”, pero, actualmente la “producción de esta franja verde se parece mucho al sueño que teníamos y ha conseguido establecer un mejor vínculo con los seres no humanos que conviven con nosotros”.
Arquitectos más allá de la arquitectura
En la última parte del encuentro, se sumaron Fernando Landecho, miembro de la Junta de Gobierno del COAM, Juan Carlos Arroyo, doctor en arquitectura y director de la Escuela Politécnica Superior de Nebrija, y Fernando Moral, director de nuestra Escuela de Arquitectura. Los cinco arquitectos debatieron en una enriquecedora mesa redonda sobre la labor de las universidades en la educación de los futuros arquitectos, una profesión en constante evolución, en palabras de los propios ponentes.
“El papel de los arquitectos se ha diversificado, actualmente vivimos en un contexto en el que la colaboración entre profesionales de distintos ámbitos es imprescindible”, declaró Enrique Arenas. En la misma línea, el decano de Nebrija sostuvo que “venimos de un sitio en el que el edificio sea bonito, pero la arquitectura es mucho más que eso. Las facultades deben formar a los futuros arquitectos también en conocimientos de gestión, herramientas tecnológicas o control económico, entre otros”.
Los dos últimos elementos que forman parte de la receta para convertirse en un buen arquitecto son la ética y la formación permanente, según Fernando Landecho. “Es fundamental que los arquitectos sepan un poco de todo, que se emocionen con las obras de sus compañeros y que defiendan su profesión”.
Un tour final con medio siglo de historia
Tras el turno de preguntas, los estudiantes de Nebrija disfrutaron de un recorrido junto a Javier Revillo, uno de los diseñadores de la exposición, por la muestra “50 años de los Premios COAM” albergada en el Campus de Madrid-Princesa. Además de explicarles algunas de las obras arquitectónicas más emblemáticas, el arquitecto finalizó el paseo con un mensaje para los futuros profesionales del sector: “la arquitectura no es un objeto platónico, estable, sino que se trata de un sistema de negociaciones”.