Álvaro Merino

“Lo que paga mis facturas son mis fortalezas, no mis debilidades. Hay que poner el foco en lo que sabemos hacer bien”

Álvaro Merino, ex deportista y experto en inteligencia emocional, ha instado a los alumnos de la Universidad Nebrija a descubrir para qué son buenos y a entrenarse en ello. Desde el escenario del Teatro Cofidis, Merino ha inaugurado el proyecto de innovación docente Masterclass Nebrija, una iniciativa del Instituto Nebrija de Competencias Profesionales que busca preparar a los estudiantes en materias cruciales para el trabajo y la vida.

“La vida no tiene que ver con las frases de Twitter ni con las de las tazas de Mr. Wonderful”, aseguraba Merino entre las risas de los alumnos. Un patio de butacas repleto de estudiantes de primer y segundo curso, pertenecientes a todos los grados de la Universidad Nebrija, bebía las palabras del conferenciante.

“Hay mil estudios científicos sobre liderazgo”, seguía el ponente. “Y la conclusión es que no han llegado a ninguna conclusión”. Más risas. Pero entonces, ¿qué hacer, cómo prepararse para el futuro y los retos que depara a los alumnos? A esa pregunta se quiere responder desde el Instituto Nebrija de Competencias Profesionales, un organismo que promueve el aprendizaje de enseñanzas menos académicas que vitales: cómo trabajar bien en equipo, cómo conocerse mejor a uno mismo, cómo comunicarse con los demás de forma efectiva… Como crecer, mejorar y ser capaz de adaptarse, en suma.

Para eso están las asignaturas de Competencias Profesionales que la Universidad Nebrija ha incluido en todos sus programas educativos, y para eso están las masterclasses que forman parte de esas disciplinas. Profesionales de prestigio van a compartir durante todo el semestre conocimientos que no están en los libros pero que son los que marcan la diferencia en un proceso de aprendizaje.

“Somos lo que entrenamos”

El primero de estos ponentes, Álvaro Merino, es experto en inteligencia emocional y gestión del talento en organizaciones empresariales y deportivas. Su pasado como deportista le llevó a descubrir en este campo un contexto estimulante para encontrar su propio talento primero y el de otros después. Seguramente por eso uno de los lemas que compartió con los alumnos es “Somos lo que entrenamos. Nadie empieza de cero”.

Para Merino es fundamental que en la educación se desarrollen tres competencias clave:

  • “La comunicación. Pero no entendida como oratoria, porque eso es técnica. Me refiero a saber entenderse con personas que no piensan como tú. Entenderse con los que se me parecen es muy fácil, pero comunicar con personas muy distintas a mí requiere mucho entrenamiento”.
  • “La toma de decisiones. Decidir es escoger y escoger es renunciar”.
  • “El desarrollo de un pensamiento crítico. Hay que cuestionarse las cosas, pensar por uno mismo, analizar las cosas”.

Merino aseguró que “entrenar estos tres aspectos es desarrollar la responsabilidad”.

Para el ponente, áreas como el deporte, la música o las artes escénicas son entornos de alta exigencia emocional que nos permiten llevar a cabo aprendizajes para toda la vida. Y con estos aprendizajes no se refiere a los conocimientos técnicos: “El conocimiento es básico, pero no nos diferencia. Lo que nos diferencia es lo que hacemos con ese conocimiento. El elemento clave es la flexibilidad cognitiva, la habilidad para aprender y desaprender lo que nos enseñaron desde pequeños”.

“Entrenando las debilidades llegaréis a ser unos perfectos mediocres”

Merino considera que desde pequeños nos enseñan a no descubrir nuestros verdaderos talentos. Nos invitan a entrenar aquellas áreas en las que no somos especialmente buenos: “Entrenando las debilidades llegaréis a ser unos perfectos mediocres”.

“¿Cuánto tiempo dedicáis a entrenar lo que hacéis bien?”, preguntó a la audiencia. Hubo silencio. Así que Merino siguió: “Hay que hacerse ciertas preguntas. La primera: ¿En qué soy bueno?. La segunda: ¿Estoy en el entorno adecuado?”. Las dos cosas son necesarias, a su juicio, para poder desplegar todo el talento que una persona lleva dentro. “Lo que paga mis facturas son mis fortalezas, no mis debilidades. Hay que poner el foco en entrenar lo que sabemos hacer bien”.

Merino animó a los asistentes a enfrentarse a los cambios con voluntad. “Para cambiar hay que ser valiente. Y lo contrario de la valentía no es la cobardía. Es la comodidad”. Para el conferenciante es necesario enfrentar el miedo y superarlo, aprender de ello. “Los atajos no existen, somos el fruto de un trabajo sostenido en el tiempo. Nadie, por muy bueno que sea, puede saltarse etapas”.

Entre estas etapas habrá, seguro, momentos en los que nos equivocaremos. Para Merino, el error no siempre es un maestro: “el error solo enseña si estamos dispuestos a aprender de él. Si no, no. Se aprende de enfrentar los errores, de superar los errores y de asumir que no puedo hacer nada para cambiar ciertas cosas”.

“El acierto es una gran palanca de aprendizaje si somos capaces de ser humildes. Hay que mantener la humildad para que el ego no se dispare”.

“No somos islas. El talento individual no es talento”

“El talento, para ser talento, tiene que tener una profunda esencia colectiva. ¿Mejora a los demás lo que yo hago? Si no, no es talento, es individualismo”. Seguía el experto, apuntando hacia la importancia de trabajar en equipo y de fomentar la confianza. “La confianza es el cemento en el que se basa todo proyecto profesional”.

“No puedo promover el compromiso, sino trabajar la confianza. No puedo obligar a nadie a estar comprometido, la confianza es la puerta de entrada del compromiso”. Y para generar confianza, Merino considera imprescindible ser predecible, ser coherente (que no haya disonancias entre lo que digo y lo que hago) y demostrar que se tiene capacidad.

“La regulación emocional, la seguridad y la capacidad de mantener la calma son de las cosas que más nos van a valorar en entornos profesionales”.

El desarrollo del talento puede encontrar muchos obstáculos, pero el principal “somos nosotros mismos, nuestras creencias limitantes. No queremos ver aquello en lo que no creemos, solo aquello que reafirma nuestras creencias”. Merino invitó a luchar contra estas creencias que nos impiden avanzar, y aseguró que cuando alguien rompe una barrera y hace algo que se creía imposible, abre el camino para que otros también evolucionen.

“La asignatura con más impacto de vuestra carrera”

Esta primera masterclass fue presentada por la directora del Instituto Nebrija de Competencias Profesionales, Yolanda Martín, que se mostró ilusionada con el arranque de un proyecto innovador y diferencial. Dio las gracias a quienes han contribuido a ponerlo en pie, en especial a su antecesora en el cargo, María Vaíllo, a la vicerrectora de Integración Transversal, Leire Nuere, y al rector, Juan Cayón.

Cayón, en su intervención inaugural, confesó a alumnos de todo tipo de titulaciones, desde Periodismo a Ingeniería del Automóvil, que no se quiso perder la masterclass porque estaba muy interesado en lo que Álvaro Merino tenía que contar: “el rector tiene que aprender. Cuánto más tenéis que aprender vosotros”. Aseguró a los estudiantes que se encontraban ante la que “probablemente es la asignatura con más impacto de vuestra carrera, la que os va a diferenciar de alumnos de otras universidades que van a competir con vosotros por los mismos puestos de trabajo. Volveréis, dentro de unos años, a decirnos, ‘qué razón teníais’”.

Comentario

  1. Muy buen post. Álvaro Merino fue mi profesor, y desde que le conocí, cambio mi forma de proyectar las cosas. Hoy soy empresario y ofrezco aquello que me gusta, se da bien y cobro por ello Lo llaman Ikigai en Japón.