Voces sin olvido. Día del Español

Blanca Rodríguez y Anna Voronkova ganan el concurso ‘Voces sin olvido’

La quinta edición del premio Voces sin olvido, organizado por la Cátedra Global Nebrija-Santander del Español como Lengua de Migrantes y Refugiados, ya tiene ganadores: la venezolana Blanca Rodríguez Arango (categoría hispanohablante), por su vídeo Lo que llevo en la maleta, y la rusa Anna Voronkova (categoría no hispanoblante), por su relato Vera. Los segundos premios fueron para la peruana Andrea Arregui por La desconocida de Madrid, y la afgana Marmar Qalanawi por Mi historia.

La jornada, enmarcada en la celebración del Día del Español, se celebró en el Campus de Madrid Arturo-Soria. El concurso Voces sin olvido, cumple con el objetivo de dar voz a mujeres inmigrantes residentes en España que cuentan sus historias personales a través de poemas, relatos, piezas musicales o vídeos. Todo el talento y las voces quedan recogidos en un libro editado por la Cátedra de la Universidad Nebrija.

A esta edición, con el lema Lenguas, culturas, identidades, han concurrido 34 obras de 15 países diferentes. Colombia, Venezuela, Perú, República Dominicana, Chile, Costa de Marfil, Turquía, Afganistán, China, Francia, Somalia, Estado Unidos, Rusia, Ucrania y Rumanía han contado con representación. Paloma Chen, poeta y periodista; Karla Ron Arévalo, escritora y ganadora del segundo premio de la categoría hispanohablante de la IV edición del premio Voces sin olvido; y Sophie Müller, representante de ACNUR en España, han compuesto el jurado de las distinciones de este año.

Talleres y juegos

Con motivo del Día del Español, la Cátedra Global Nebrija-Santander del Español como Lengua de Migrantes y Refugiados, coordinada por Margarita Planelles, propuso una serie de actividades orientadas a fomentar la participación de refugiados, migrantes y comunidad de acogida en un espacio de encuentro y diálogo, desde el que valorar la diversidad lingüística y cultural, y visibilizar también el papel del español como lengua de migración en nuestra sociedad.

A tal efecto, los estudiantes del Grado de Lenguas Modernas Aplicadas y del Máster en Español como Lengua Extranjera: Didáctica e Investigación de la Universidad Nebrija diseñaron dinámicas y juegos en los que participaron más de un centenar de personas. A través de cuatro rincones -supermercado, profesiones, fútbol y transporte- los guías enseñaron a los participantes una mejor destreza oral en castellano.

Susana Martín Leralta, decana de la facultad de Lenguas y Educación de la Universidad Nebrija, dio la bienvenida a una jornada que “sirve para comprobar que las lenguas no son una barrera sino un vínculo para aprender y descubrir”.

Por su parte, los representantes de la ONG Accem desplegaron un aula plurilingüe basado en el concepto de un mundo de lenguas y culturas. Los voluntarios montaron mesas con información cultural y social de China, Mali, Senegal, Francia, Alemania, Italia, India, Senegal, Ucrania, Marrueco, República de Guinea (Guinea-Conakri), Afganistán y Siria.

Tras la entrega de los premios de Voces sin olvido, la jornada finalizó con un Slam Poetry, un concurso de lectura de poesía donde los usuarios de Accem leyeron poesías en sus lenguas de origen, al tiempo que ofrecieron una pequeña explicación o traducción al español. Una pianista y un violinista pusieron las emociones a flor de piel.

“Portadores de esperanza”

El contacto directo y el intercambio de experiencias entre todos marcó la jornada del Día del Español en la Universidad Nebrija. El diálogo fluyó entre las mesas de actividades y las palabras de los textos del concurso Voces sin olvido refrendaron la sensación que viven día a día los migrantes.

La afgana Marmar Qalanawi lo reflejó a la perfección en Mi historia:

 “Han pasado dos años desde que comenzó la amarga y difícil historia de mi migración. Recuerdo claramente aquel día, cuando todo cambió de repente y me vi obligado a dejar atrás todo lo que conocía y amaba [… ]. Mi historia se teje entre las sombras de la guerra y los destellos de la esperanza [… ]. Aunque enfrentemos dificultades y derramemos lágrimas, perseveramos con la convicción de que un mañana mejor nos espera. Nos aferramos al recuerdo de nuestro pasado y a la promesa de un futuro más radiante. Somos refugiados, sí, pero también somos portadores de esperanza, y nuestra historia está lejos de terminar”.

Texto: Javier Picos. Fotos: Nacho Nava.

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